Existe una variedad de tratamientos eficaces para la adicción a la heroína. Estos tratamientos tienden a ser más eficaces cuando se identifica el abuso a la heroína en sus primeras etapas. Los tratamientos detallados a continuación varían dependiendo de cada persona. No obstante, la metadona, un opiáceo sintético que bloquea el efecto de la heroína y elimina los síntomas del síndrome de abstinencia, tiene un récord probado de éxito en las personas adictas a la heroína. Hay otros enfoques farmacéuticos como la buprenorfina, así como muchas terapias conductuales, que también se utilizan para tratar la adicción a la heroína. La buprenorfina es una adición reciente al conjunto de medicamentos que actualmente existen para el tratamiento de la adicción a la heroína y otros opiáceos. Este medicamento es diferente a la metadona, ya que tiene menos riesgo de causar adicción y se puede recetar en la privacidad del consultorio médico. La buprenorfina/naloxona (Suboxone) es un producto que combina los dos medicamentos para minimizar el abuso.
Desintoxicación
Los programas de desintoxicación tratan de lograr una abstención segura y compasiva de los opiáceos minimizando la severidad de los síntomas del síndrome de abstinencia y otras complicaciones médicas. El objetivo primordial de la desintoxicación es aliviar los síntomas del síndrome de abstinencia, mientras los pacientes se acostumbran a estar libre de drogas. Aunque de por sí no es un tratamiento para la adicción, la desintoxicación es un paso útil sólo si conduce a un tratamiento a largo plazo sin fármacos (residencial o ambulatorio) o a uno que usa medicamentos como parte del tratamiento. Los mejores tratamientos documentados sin fármacos, son los programas residenciales de las comunidades terapéuticas que duran aproximadamente de 3 a 6 meses.
La abstención a los opiáceos rara vez es fatal. Está caracterizada por síntomas agudos que llegan a su punto máximo de 48 a 72 horas después de la última dosis del opiáceo y desaparecen después de unos 7 a 10 días, seguidos por un síndrome de abstinencia más prolongado caracterizado por malestar general y deseo vehemente por los opioides.
Programas con metadona
Durante más de 30 años se ha utilizado el tratamiento con metadona con eficacia y seguridad para tratar la adicción a los opioides. Prescrita adecuadamente, la metadona no es tóxica ni sedativa, y sus efectos no interfieren con actividades regulares como conducir un automóvil. El medicamento se toma por vía oral y éste suprime los síntomas del síndrome de abstinencia al narcótico por un periodo de 24 a 36 horas. Los pacientes pueden percibir dolor y tener reacciones emocionales. Pero lo más importante es que la metadona calma el deseo vehemente por la heroína asociado con la adicción, el cual es una de las razones principales de las recaídas. Se ha encontrado que en los pacientes que utilizan metadona, las dosis normales de la heroína que se vende en la calle no son suficientes para producir el "rush", haciendo más fácil dejar de usar la heroína.
Los efectos de la metadona duran de cuatro a seis veces más que los de la heroína, por lo que las personas en tratamiento necesitan tomarla solamente una vez al día. La metadona también es un medicamento seguro aún cuando se consuma continuamente por más de 10 años. Cuando se combina con las terapias conductuales o consejerías y otros servicios de apoyo, la metadona permite a los pacientes dejar el uso de la heroína (y otros opiáceos) y volver a tener una vida más estable y productiva. Se deben vigilar cuidadosamente las dosis de metadona en pacientes que están recibiendo terapia antiviral para tratar la infección por VIH para evitar interacciones potencialmente negativas entre los medicamentos.
La buprenorfina y otros medicamentos
La buprenorfina es un tratamiento particularmente atractivo porque, en comparación con otros medicamentos como la metadona, origina efectos opiáceos más débiles y es menos probable que cause problemas de sobredosis. La buprenorfina también produce un nivel menor de dependencia física, por lo que los pacientes que discontinúan su uso generalmente tienen menos síntomas del síndrome de abstinencia que aquellos que discontinúan la metadona. Gracias a estas ventajas, la buprenorfina parece ser más adecuada para uso en una amplia variedad de ambientes de tratamiento en comparación con los medicamentos ahora disponibles. Actualmente el NIDA está investigando otros medicamentos que muestran ser prometedores para tratar la sobredosis o adicción a la heroína.
Además de la metadona y la buprenorfina, se pueden recetar otras drogas que alivian la severidad de los síntomas del síndrome de abstinencia. La clonidina muestra algún beneficio, pero su uso es limitado debido a sus efectos sedantes y de hipotensión. La lofexidina, un agonista adrenérgico alfa-2 que actúa sobre el sistema nervioso central, fue lanzado al mercado en 1992 específicamente para el alivio sintomático de pacientes que están pasando por el síndrome de abstinencia de opiáceos.
La naloxona y la naltrexona son medicamentos antagonistas, es decir, que bloquean los efectos de la morfina, heroína y otros opiáceos, y como tal son especialmente útiles como antídotos. La naltrexona tiene efectos de larga duración, extendiéndose de 1 a 3 días dependiendo de la dosis. La naltrexona bloquea los efectos placenteros de la heroína y es útil para tratar a ciertas personas altamente motivadas. La naltrexona también ha mostrado ser exitosa en la prevención de recaídas en convictos que habían sido adictos a los opiáceos y que han salido de prisión bajo libertad condicional.
Aunque los tratamientos conductuales y farmacológicos pueden ser sumamente útiles cuando son empleados individualmente, la ciencia nos ha enseñado que al integrar ambos tipos de tratamientos se consigue un enfoque más efectivo. Existen muchos tratamientos de la conducta eficaces para la adicción a la heroína. Estos pueden incluir enfoques residenciales o ambulatorios. Por lo tanto, una tarea importante es la de integrar el mejor enfoque de tratamiento con las necesidades particulares del paciente. Además, hay varias terapias nuevas de la conducta que muestran ser particularmente prometedoras para tratar la adicción a la heroína, como la terapia de manejo de contingencias y las intervenciones cognitivas-conductuales, especialmente si se las aplica en combinación con las farmacoterapias. La terapia de manejo de contingencias utiliza un sistema basado en comprobantes o vales, en que los pacientes ganan "puntos" basados en los análisis de laboratorio negativos para el uso de drogas. Estos puntos se pueden canjear por artículos que promueven un estilo de vida saludable. Las intervenciones cognitivasconductuales están diseñadas para ayudar a modificar las expectativas y los comportamientos del paciente relacionados al uso de drogas, y para aumentar sus habilidades para lidiar con varios factores de la vida que causan estrés. Tanto los tratamientos conductuales como los farmacológicos ayudan a restaurar la función cerebral y el comportamiento a un nivel normal, aumentando las tasas de empleo y disminuyendo el riesgo del VIH y de otras enfermedades así como también las conductas criminales.